Con el comienzo del nuevo curso escolar y vencida la pandemia de la Covid-19 -que paralizó a todo el planeta-, el tema de la recuperación de las áreas deportivas en nuestro país vuelve a ocupar un lugar importante en la agenda de los directivos.

Osvaldo Vento, presidente del Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (INDER) ha declarado en varias ocasiones sobre la necesidad de frenar el deterioro de las áreas deportivas y; aunque se nota un avance, sobre todo en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Manuel Fajardo, aún es una tarea pendiente.

Según datos de hace unos meses, en Cuba más de la mitad habían sido evaluadas de mal y regular o no estaban en funcionamiento, y en un país con semejante tradición y prestigio en el mundo del deporte, esas cosas son inconcebibles. Pero más allá de garantizar los escenarios para que no desaparezca la cantera de grandes atletas que siempre hemos tenido, es muy importante recuperar las áreas deportivas en las escuelas docentes.

El deporte fomenta estilos de vida saludables, es una vía de entretenimiento segura, ayuda a los estudiantes a socializar y a ganar confianza en sí mismos, los motiva y los disciplina, crea habilidades de trabajo en equipo y sobre todo, aumenta su rendimiento académico.

“Las instalaciones de las escuelas pertenecen al Ministerio de Educación (MINED). Algo que hemos estado insistiendo a través de la comisión provincial de educación física y del cumplimiento del convenio INDER-MINED, es que se vayan incorporando en los planes de reparación y mantenimiento de las escuelas”, le declaró a Tribuna de La Habana, Ariel Darias, director provincial de deportes.

“A veces se reparan las aulas docentes y no las de educación física. Eso debe coger otro rumbo porque ya se han formalizado estas reuniones, y con el acompañamiento del Partido y el Gobierno debe ir teniendo una mejoría. La idea es que se vayan reparando las escuelas junto a las instalaciones deportivas”, agregó.

Así lo pudimos constatar durante una visita al icónico Parque Martí en el Vedado capitalino, donde se trabaja para levantar esa instalación de las ruinas. Allí, su directora Ana María Leyva Ramos nos aseguró que el proceso marcha bien y que en medio de las reparaciones continúan recibiendo a los alumnos de las escuelas del municipio y se están utilizando varias áreas para practicar atletismo, fútbol sala, voleibol y pronto estará listo el terreno para que jueguen béisbol los niños de la categoría 7-8 años.

“Lo más complejo por el peligro de derrumbe era la reparación de los pétalos de las gradas, pero esto se ha ido haciendo poco a poco gracias al trabajo de una Mipyme y una brigada del Contingente Blas Roca”, apuntó. Todo esto sin dudas es alentador, aunque pasará mucho tiempo para que ese coloso vuelva a exhibir los bríos que tuvo hace décadas. Aún las canchas de baloncesto y las piscinas están inutilizadas y en franco deterioro y la hierba en la pista de atletismo continúa creciendo, pero la directora es optimista y nos invitó a regresar dentro de unos meses para apreciar el cambio.

En la EIDE Mártires de Barbados las cosas marchan por buen camino según palabras del mismo director de deportes de la capital. Es notable la recuperación del gimnasio de esgrima, los terrenos de fútbol, hockey y béisbol y se está concluyendo el de judo, que quedará con muy buenas prestaciones.

Darias aseguró que se organizaron los dormitorios en la escuela nacional de gimnasia y en el Fajardo, aunque queda pendiente la impermeabilización del docente, se trabajó en lo relacionado con la carpintería de las aulas. “Esta tendencia se mantiene en los barrios vulnerables. Dondequiera que ha habido una intervención, siempre que exista espacio, se ha dejado una instalación deportiva”, puntualizó.

Por supuesto que todas las áreas de la capital no han corrido con esa suerte y muchas de ellas, sobre todo en las escuelas, esperan impacientes por un plan de recuperación. Pero mientras sea palpable la voluntad de las entidades encargadas, hay esperanzas.

(Tomado de Tribuna La Habana)

Fotos: Boris Luis Cabrera