
Madera de campeones
La fase clasificatoria del VII Campeonato Nacional de béisbol categoría sub 23 está llegando a su fin, y con independencia de lo que suceda a partir de ahora, el equipo de la capital ha logrado hacer un buen trabajo sobre el campo de juego.
Un cuerpo de lanzadores de lujo, una defensa efectiva, y una ofensiva que está por encima de la media, son las herramientas que han mostrado estos muchachos con tan poca experiencia competitiva.
No se le puede exigir más en esta categoría que llevaba tres años sin poder organizar un campeonato, y en una provincia que es la más castigada por el flagelo de la emigración, lo que ha forzado a algunos salidos de las filas juveniles a asumir protagonismos desde bien temprano.
El cuerpo de dirección ha sido clave en este accionar que les ha permitido salir victoriosos en todas las subseries particulares. Tanto su director Antonio Acea, como el entrenador de bateo Antonio Scull, y el coach de picheo Adrián Argüelles, han sabido sacar lo mejor de su tropa, mantenerlos unidos, e impregnarles esa alegría que se les nota desde la distancia.
En el aspecto técnico han estado insuperables moviendo las piezas con inteligencia y dándole a cada uno una misión específica, lo mismo a la hora de confeccionar alineaciones para desafíos de siete entradas, como respetando la función de cada uno de los serpentineros.
El mérito es aún mayor cuando estamos hablando de un torneo demasiado corto, donde apenas hay tiempo para hacer ajustes y no se cuenta con el espacio necesario para los entrenamientos, al jugarse todos los partidos en horario de la tarde.
Poco importa los juegos ganados y perdidos, incluso alcanzar el boleto a semifinales, cuando repasamos las estadísticas que exhibe este equipo azul antes de sus dos últimos desafíos. Un promedio de carreras limpias de 2.36, un average de fildeo de 975, y un bateo que promedia 244, son cifras alentadoras para este nivel, mucho más teniendo en cuenta los agravantes que antes mencionamos.
Sin dudas, los aficionados que han seguido el campeonato y han podido apreciar las deficiencias que pululan en otros equipos, tienen que sentirse satisfechos con lo que han visto hacer sobre la grama a estos jóvenes felinos.
Ahora, más allá que estamos conscientes que estas categorías son de desarrollo-antesala de la serie nacional-no podemos evitar el deseo de verlos subir a lo más alto del podio nacional, porque a fin de cuentas estamos hablando de una competencia, donde uno de los objetivos es ganar.
El equipo, sin chovinismo alguno, tiene madera de campeón y lo ha demostrado desde que salió al terreno el primer día. No es descabellado pensar que pueden lograrlo. Nos vemos en el estadio.
Tomado de Tribuna de La Habana