Salud

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publicado el 12/05/2025 11:51 am

Rinden homenaje a María Pujan Tamaño,enfermera de la Cruz Roja y esposa del fundador .

En uno de los patios centrales del Hospital “Freyre de Andrade”, conocido cariñosamente como el “Hospital de Emergencia” de La Habana, se alza el Monumento al Virtuosismo, la Abnegación y la Ternura, una joya escultórica del valenciano Ramón Matéu Montesino. Este monumento, dedicado a María Pujados de Tamayo, Dama de la Cruz Roja Cubana, y símbolo de la entrega de las enfermeras cubanas, trasciende el mármol para convertirse en un homenaje eterno a todas aquellas pioneras y generaciones que han dignificado la profesión de enfermería en Cuba.

En la jornada conmemorativa, la jefa del Departamento de Enfermería, Sabel More, pronunció palabras centrales que evocaron el legado de sacrificio, humanismo y profesionalidad de las enfermeras cubanas, resaltando el ejemplo de figuras como Margarita Núñez y Martina Guevara, verdaderos pilares de la historia de la enfermería nacional. La Dra. Laura Vargas, epidemióloga del hospital, abordó la vida y obra de Maira, subrayando el impacto de su vocación y entrega en la salud pública cubana.

 

Este monumento no solo honra a las grandes figuras históricas, sino que inspira a las generaciones actuales y futuras de estudiantes de enfermería y ciencias médicas. Cada año, estudiantes técnicos y universitarios realizan peregrinaciones al monumento, reafirmando el compromiso de mantener vivo el legado de amor, sacrificio y excelencia profesional que caracteriza a la enfermería cubana.

En tiempos de desafíos y carencias, la labor de las enfermeras y enfermeros de la capital se convierte en un faro de esperanza y resiliencia. Su capacidad para prodigar ternura y cuidados, aun en las circunstancias más difíciles, es motivo de orgullo y estímulo para toda la comunidad hospitalaria. A los estudiantes, se les recuerda que su formación es también una herencia de virtudes, una responsabilidad con la historia y un llamado a la superación constante, aun cuando el contexto imponga obstáculos.

Que este monumento y cada acto de reconocimiento sirvan para fortalecer la vocación, la unidad y el espíritu de servicio de todos los profesionales y estudiantes de enfermería. Su labor, silenciosa y cotidiana, es indispensable para la salud y la vida de la nación, y merece el más profundo respeto y gratitud de la sociedad cubana.

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