Como culminación del proceso que comenzó a realizarse en la etapa inicial de 1892 se produjo el 10 de abril de ese año en la ciudad estadounidense de Nueva York la proclamación oficial del Partido Revolucionario Cubano, concebido por  José Martí para llevar adelante la guerra por la independencia de Cuba y contribuir a la de Puerto Rico.

Varios días después, exactamente el 16 de abril, en el periódico “Patria” se publicó un trabajo de Martí en el que se refirió a la trascendencia que le atribuyera a la creación de la organización partidista.

En el citado trabajo señaló el instante en que a una misma hora se pusieron de pie todas las asociaciones cubanas y puertorriqueñas que mantenían fuera de Cuba y Puerto Rico la bandera de la independencia de las Antillas para dar nacimiento a esa organización política.

Algo más de tres meses antes, exactamente el 5 de enero en Cayo Hueso se empezaron a analizar las bases y estatutos secretos del Partido. Con posterioridad se continuó sometiendo a discusión y a aprobación dichas bases y estatutos.

En total fueron 9 artículos los que corresponderían a las bases en los que se detallaron los objetivos del Partido, y los aspectos relacionados con la lucha que se emprendería para dar continuidad a la guerra iniciada en 1868.

En el artículo 3 se especifica:

“El Partido Revolucionario Cubano reunirá los elementos de revolución hoy existente y allegará, sin compromisos inmorales con pueblo u hombre alguno, cuantos elementos nuevos pueda, a fin de fundar en Cuba por una guerra de espíritu de la isla que puedan contribuir al triunfo rápido de la guerra y a la mayor fuerza y eficacia de las instituciones que después de ella se fundan, y deben ir en germen de ella.”

En los Estatutos se definieron las características de la organización, los deberes de las asociaciones, así como se estableció la forma en que debía procederse para cubrir una vacante en alguno de los cuerpos de dirección y otros asuntos básicos para el normal funcionamiento del propio Partido.  

El 8 de abril José Martí fue electo Delegado, que era la máxima responsabilidad en el Partido y dos días después se hizo el acto de proclamación oficial de la citada organización.

En el trabajo publicado en “Patria”, el 16 de abril, Martí enfatizó que para salvar a las islas de peligros se fundaba el Partido Revolucionario Cubano y no para aumentarlos y agregó: “Para  el servicio desinteresado y heroico de la independencia de Cuba y Puerto Rico se funda, de arranque unánime y propio el Partido Revolucionario Cubano, y no para la obra fea y secreta de allegarse simpatías por pagos y repartos de autoridad o de dineros.”

Igualmente precisó que para la obra  común se fundaba el partido, y lo catalogó como de las almas magnánimas y limpias.

Aseguró, además, que de pie, la emigración entera, proclamó el 10 de abril “su voluntad de ordenar en bien de Cuba, con todos los factores honrados, las fuerzas necesarias para acelerar la independencia de Cuba y Puerto Rico, en acuerdo con los principios de las Bases, y los métodos de los Estatutos del Partido Revolucionario Cubano.”

Seguidamente Martí resumió en significativas consideraciones el momento específico que surgía esta organización política.

Y comentó que bello era ver alzarse en una sola idea, de entusiasmo y prudencia a la vez, a un pueblo de orígenes diversos y composición difícil, “en la hora suprema en que se requieren juntamente la prudencia y el entusiasmo.”

Añadió que resultaba bello ver nacer “un partido de revolución el día mismo en que se proclamó la constitución democrática de la república.”

Martí recordó que precisamente la proclamación oficial del Partido Revolucionario Cubano había tenido lugar en fecha similar al momento en que en 1869 los luchadores cubanos se reunieron en el poblado de Guáimaro para discutir y aprobar la primera constitución vigente en Cuba durante la guerra por la independencia.

La constitución del Partido Revolucionario Cubano no fue algo casual, sino que estuvo en plena correspondencia con las concepciones de Martí acerca de cómo debía lograrse la adecuada reorganización de la lucha por la independencia de Cuba y sobre qué bases debía alcanzarse el debido control del desarrollo de la guerra.

De las características y objetivos del Partido Revolucionario Cubano José Martí continuó haciendo referencia en otros trabajos publicados en el periódico “Patria” en el transcurso de los siguientes meses de 1892 y en los años 1893 y 1894.

Por ejemplo, el 17 de abril de 1894, Martí señaló en “Patria” que el Partido Revolucionario había entrado en su tercer año de vida “convencido de que la independencia de Cuba y Puerto Rico no es sólo el medio único de asegurar el bienestar decoroso del hombre libre en el trabajo justo a los habitantes de ambas islas, sino el suceso histórico indispensable para salvar la independencia amenazada de las Antillas libres, la independencia amenazada de la América libre, y la dignidad de la república norteamericana.”

Y resaltó: “¡Los flojos, respeten: los grandes, adelante! Esta es tarea de grandes.”

De la significación que tuvo en su momento la constitución del Partido Revolucionario Cubano y de la que ha tenido en el transcurso del tiempo como fuente de inspiración y enseñanza y como antecedente histórico del actual Partido Comunista de Cuba, el máximo líder de la Revolución Cubana, el Comandante en Jefe Fidel Castro se refirió en varias ocasiones.

Cito a manera de ejemplo lo que expuso en el discurso que pronunció el 26 de Julio de 1973 en la ciudad de Santiago de Cuba:

«Como el Partido Revolucionario Cubano de la independencia, hoy dirige nuestro Partido la Revolución. Militar en él no es fuente de privilegios sino de sacrificios y de consagración total a la causa revolucionaria.”