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El simbolismo de la Protesta de Baraguá

José Martí destacó el gran simbolismo que le atribuyese a ese singular hecho protagonizado por Antonio Maceo. En una carta que le dirigió a Maceo, fechada  en Nueva York, el 25 de mayo de 1893, Martí le señaló:

“Precisamente tengo ahora ante los ojos “La Protesta de Baraguá”, que es de lo más glorioso de nuestra historia.”

También  varias décadas después el máximo líder de la Revolución Cubana Fidel Castro expuso significativas consideraciones en relación con la “Protesta de Baraguá”.

En ocasión de conmemorarse el centenario de ese histórico hecho, en un acto efectuado en Mangos de Baraguá, Fidel aseguró:

Lo que sí puede afirmarse es que con la Protesta de Baraguá llegó a su punto más alto, llegó a su clímax, llegó a su cumbre, el espíritu patriótico y revolucionario de nuestro pueblo; y que las banderas de la patria y de la revolución, de la verdadera revolución, con independencia y con justicia social, fueron colocadas en su sitial más alto.”

Ubicado en el territorio del actual municipio Mella, en la oriental provincia de Santiago de Cuba,  Mangos de Baraguá es un sitio de significación histórica de nuestro país.

Se halla  muy directamente asociado con la vida y labor del gran luchador independentista el Mayor General del Ejército Libertador cubano Antonio Maceo y Grajales, que suele ser identificado como el Titán de Bronce.

En Mangos de Baraguá  el 15 de marzo de 1878 Antonio Maceo en unión de otros luchadores independentistas realizó lo que se ha conocido en nuestra historia como la Protesta de Baraguá.

En una entrevista sostenida con el general español Arsenio Martínez Campos que pretendía hacer que se acatase la Paz del Zanjón, firmada algo más de un mes antes por un grupo de cubanos participantes en la guerra de los Diez años, Maceo patentizó que no aceptaba dicha paz sin que ello significase la independencia de Cuba y la abolición de la esclavitud.

Antonio Maceo se convirtió así en símbolo de la intransigencia revolucionaria del pueblo cubano.

Después de haber concluido la entrevista de Maceo con el general español Martínez Campos, y haberse éste marchado, los patriotas cubanos se reunieron y aprobaron lo que históricamente ha sido identificado como la Constitución de Baraguá que contenía seis artículos en los que se fijaron los objetivos independentistas y las normas organizativas.

En el artículo primero se señaló que la Revolución se regiría por un Gobierno Provisional compuesto por cuatro integrantes. 

Los 104 oficiales participantes en la reunión que tuvo lugar en la Sabana de San Juan de Coronel Abajo eligieron como presidente del Gobierno provisional al Mayor General Manuel Calvar. A Antonio Maceo lo nombraron jefe militar de Oriente.

Pese a la digna y combativa actitud de Maceo y sus seguidores la lucha independentista no pudo mantenerse en esos momentos durante mucho tiempo por las difíciles condiciones en que se desenvolvería atendiendo a la falta de recursos y apoyo y la tremenda superioridad que tenía el enemigo. 

Entonces se decidió que Maceo saliera hacia el exterior para que pudiera seguir prestando en otro instante más propicio su valiosa contribución a la causa por la independencia de Cuba.

Varios lustros después, en 1895, en Mangos de Baraguá  ocurrió otro relevante acontecimiento igualmente relacionado con Antonio Maceo.

Precisamente desde este lugar él también partió el 22 de octubre al frente  de la columna invasora que durante varios meses atravesó el territorio cubano hasta llegar al poblado de Mantua, en la occidental provincia de Pínar del Rio, el 22 de enero de 1896.

Durante la invasión Maceo y los que integraban su columna recorrieron más de dos mil 360 kilómetros, sostuvieron 27 enfrentamientos con soldados españoles, ocuparon 22 poblados, unos por medio del asalto y otros por la capitulación inmediata de las fuerzas españolas, así como pudieron conseguir más de 2 000 fusiles, millares de balas, múltiples caballos y otros equipos.

En Mangos de Baraguá,  declarado Monumento Nacional,  existe hoy un obelisco que fue inaugurado en el año 1930.  Fue obra del arquitecto santiaguero Félix Cabaroca, teniendo como premisa la idea del Coronel José González Valdés, quién durante la primera etapa de la guerra por la independencia estuvo bajo las órdenes  de Antonio Maceo y fue uno de los que participó en la Protesta de Baraguá.

En La Habana de manera muy especial también se le rinde homenaje en la zona del Cacahual, en el municipio de Boyeros, donde en un complejo monumentario reposan sus restos y los de su ayudante el Capitán Francisco Gómez Toro y en el parque que se identifica con su nombre en el municipio Centro Habana.

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